Este es un asunto que ha sido tratado en muchas ocasiones en
la comunidad hacker: ¿qué hacer cuando al descubrir una vulnerabilidad en un
sitio web se informa al responsable y éste no hace nada?
La tesis mayoritaria es que por la seguridad de la información y la protección de los usuarios, el error se debe hacer público. Así lo hemos visto, entre otros muchos cientos de casos, recientemente con el hacker que encontró un fallo en Facebook que permitía publicar en el muro de cualquier usuario, y ante la falta de respuesta de la red social decidió informar al propio Mark Zuckenberg con la mejor demostración posible: publicándolo en el propio muro del gran jefe.
¿Y con el spam? (entendiendo que en esta nota tratamos el término spam en el sentido amplio que Google le da, más allá de la descripción legal que en España le otorga la LSSI, y que se limita al envío de comunicaciones electrónicas comerciales no solicitadas). Google ofrece una serie de herramientas para hacerle llegar la información acerca de los malos usos y vulneración de sus directrices de calidad.
Mi postura personal ha sido siempre la de informar previamente al webmaster de cada sitio, pero sencillamente llega un momento en que uno se cansa de hacer este tipo de favores, cuando además lo que se encuentra al otro lado es un muro de silencio cuando no incluso un ataque directo con malos modos.
Dos ejemplos recientes:
Informar a Google sobre spam, enlaces de pago, software malicioso y otras incidencias
Presentar un informe de spam: http://www.google.com/webmasters/tools/spamreport.
Si no dispones de una cuenta de Herramientas para webmasters de Google, puedes presentar un informe de spam aquí: http://www.google.com/contact/spamreport.html.
Este es el concepto amplio que Google maneja para el término spam:
Evidentemente Google no va a iniciar ante ninguna de estas denuncias una acción legal en el sentido tradicional del término, pero su forma de hacer “justicia” puede ser bastante más dolorosa para quien la sufra en forma de caída estrepitosa cuando no desaparición de su sitio web en los resultados de búsqueda.
Mejor juega limpio, crea contenido de calidad que merezca ser leído y enlazado y no caigas en la tentación del camino fácil que acaba en la penalización.
La tesis mayoritaria es que por la seguridad de la información y la protección de los usuarios, el error se debe hacer público. Así lo hemos visto, entre otros muchos cientos de casos, recientemente con el hacker que encontró un fallo en Facebook que permitía publicar en el muro de cualquier usuario, y ante la falta de respuesta de la red social decidió informar al propio Mark Zuckenberg con la mejor demostración posible: publicándolo en el propio muro del gran jefe.
¿Y con el spam? (entendiendo que en esta nota tratamos el término spam en el sentido amplio que Google le da, más allá de la descripción legal que en España le otorga la LSSI, y que se limita al envío de comunicaciones electrónicas comerciales no solicitadas). Google ofrece una serie de herramientas para hacerle llegar la información acerca de los malos usos y vulneración de sus directrices de calidad.
Mi postura personal ha sido siempre la de informar previamente al webmaster de cada sitio, pero sencillamente llega un momento en que uno se cansa de hacer este tipo de favores, cuando además lo que se encuentra al otro lado es un muro de silencio cuando no incluso un ataque directo con malos modos.
Dos ejemplos recientes:
- Recibo en mi correo electrónico un spam que proviene del dominio de una ONG. Extrañado visito el sitio y con un simple gesto (botón derecho del ratón, ver código fuente) descubro al pie de la web una serie de enlaces ocultos que apuntan a sitios de viagra y casinos online. Informo tanto con un email directo como a través del formulario de contacto de la web… y cuando vuelvo a visitarles un mes después, tras no recibir ninguna respuesta, descubro que todo sigue exactamente igual.
- Llegan a mis blogs sobre LOPD varios comentarios insulsos, sin mucho sentido y mezclando además inglés y castellano, que apuntan al dominio de una asesoría con el burdo, torpe e inútil objetivo de conseguir un enlace desde un sitio de temática afín mejor posicionado. Localizado el responsable se le informa de la mala práctica y aunque promete revisar sus procesos, apenas un mes después vuelve a ocurrir. Ante el nuevo aviso, éste reacciona con malos modos acusando de difamación (¿?) y asegurando que me falta titulación (como si hubiera títulos universitarios que autorizaran a enviar spam).
Informar a Google sobre spam, enlaces de pago, software malicioso y otras incidencias
Presentar un informe de spam: http://www.google.com/webmasters/tools/spamreport.
Si no dispones de una cuenta de Herramientas para webmasters de Google, puedes presentar un informe de spam aquí: http://www.google.com/contact/spamreport.html.
Este es el concepto amplio que Google maneja para el término spam:
El término "spam" o "spam web" hace referencia al tipo de contenido creado por webmasters que intentan manipular los resultados de la búsqueda con métodos engañosos. Los métodos de spam habituales incluyen (entre otros) los siguientes:Recientemente se ha incluido también la ya comentada mala práctica de introducir comentarios forzados a granel, ya sea manual o automáticamente. Los comentarios enriquecen la conversación que es internet, pero siempre y cuando sean naturales y aporten verdadero valor.
Texto o enlaces ocultos. algunos webmasters ocultan texto o enlaces de su página para engañar a los motores de búsqueda sobre la naturaleza del contenido de la página. Por ejemplo, un sitio de casinos puede rellenar sus páginas con texto oculto como, por ejemplo, "labradores", con la intención de engañar a los motores de búsqueda para que redirijan a los amantes de los perros a una página de casinos. Encubrimiento o redireccionamientos engañosos. estas técnicas se utilizan para mostrar una página al robot de Google con la intención de obtener una clasificación elevada en los resultados de la búsqueda, pero para dirigir a los usuarios a una página completamente distinta (por ejemplo, un sitio para adultos o un sitio en el que se vendan pastillas u otros productos).
Páginas llenas de palabras clave irrelevantes: al igual que el texto oculto, una página abarrotada de palabras clave está destinada a modificar las posiciones obtenidas a través de los motores de búsqueda.
Varias páginas, subdominios o dominios que presenten básicamente contenido duplicado: algunos webmasters tratan de mejorar la clasificación de sus páginas mediante el uso de muchas palabras, pero con poco o ningún contenido auténtico. Por ejemplo, el contenido puede pertenecer a otros sitios (puede haber sido "extraído") o puede constar de lenguaje ininteligible generado de forma automática. El contenido duplicado también se puede mostrar como programas de afiliados con poco o ningún contenido original. Por lo general, los sitios web de afiliación ofrecen descripciones de productos que aparecen en sitios de la red de afiliados. Algunos programas de afiliados distribuyen contenido a centenares de afiliados. Dado que los resultados de una búsqueda pueden devolver muchos de estos sitios, todos ellos con el mismo contenido, suponen una experiencia frustrante para el usuario.
Páginas puerta: estas páginas suelen ser páginas generadas de forma masiva y creadas principalmente para los motores de búsqueda. Estas páginas "caseras" a menudo tienen una apariencia idéntica, excepto por algunas palabras clave o frases que varían según la página; normalmente, las páginas están optimizadas para cada frase o palabra clave específica. Algunas páginas puerta envían a los usuarios de forma inmediata a una página distinta a través de un redireccionamiento o de enlaces "haz clic aquí", que se presentan de forma destacada.
Esquemas de enlaces: algunos webmasters utilizan esquemas de intercambio de enlaces y crean páginas asociadas con el fin de multiplicar los enlaces a sus páginas sin tener en cuenta la calidad de los enlaces, sus orígenes ni el impacto a largo plazo que puede tener esa práctica en sus sitios.
Evidentemente Google no va a iniciar ante ninguna de estas denuncias una acción legal en el sentido tradicional del término, pero su forma de hacer “justicia” puede ser bastante más dolorosa para quien la sufra en forma de caída estrepitosa cuando no desaparición de su sitio web en los resultados de búsqueda.
Mejor juega limpio, crea contenido de calidad que merezca ser leído y enlazado y no caigas en la tentación del camino fácil que acaba en la penalización.
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