Es una historia antigua y repetida, pero conviene recordarla de vez en cuando.
La leyenda sitúa el origen del ajedrez en la India, creado por el brahmán Sissa Ben Dari para un principe del que era preceptor llamado Sirham, un tiránico conquistador célebre por su desmesurada soberbia, que gustaba de juegos de lógica. Queriendo aplacar la altivez de príncipe, ideó un juego en donde existiera un rey que, a pesar de ser elemento principal, nada pudiera lograr sin la colaboración de sus súbditos. Quería enseñarle a gobernar mejor a su pueblo y que comprendiera que solo era una pieza más que dependía de sus súbditos.
El juego gustó tanto al príncipe que ofreció a su maestro elegir de premio cualquier cosa que quisiera. El brahman Sissa, ante la nueva demostración de soberbia, quiso dar otra lección a su soberano y solicitó un grano de trigo, para la primera casilla del tablero, dos granos para la segunda, cuatro para la tercera, ocho para la cuarta y así sucesivamente en esta progresión hasta la casilla sesenta y cuatro, última del tablero.
Al príncipe le pareció una petición excesivamente modesta y ordenó seguidamente que complacieran al brahman, pero cual sería su asombro cuando sus consejeros le informaron que era imposible cumplir la palabra dada, ya que la cantidad resultante era de 18.446.744.073.709.551.615 granos de trigo.
El príncipe tuvo que doblegar su orgullo ante el ingenio del brahman.
La leyenda sitúa el origen del ajedrez en la India, creado por el brahmán Sissa Ben Dari para un principe del que era preceptor llamado Sirham, un tiránico conquistador célebre por su desmesurada soberbia, que gustaba de juegos de lógica. Queriendo aplacar la altivez de príncipe, ideó un juego en donde existiera un rey que, a pesar de ser elemento principal, nada pudiera lograr sin la colaboración de sus súbditos. Quería enseñarle a gobernar mejor a su pueblo y que comprendiera que solo era una pieza más que dependía de sus súbditos.
El juego gustó tanto al príncipe que ofreció a su maestro elegir de premio cualquier cosa que quisiera. El brahman Sissa, ante la nueva demostración de soberbia, quiso dar otra lección a su soberano y solicitó un grano de trigo, para la primera casilla del tablero, dos granos para la segunda, cuatro para la tercera, ocho para la cuarta y así sucesivamente en esta progresión hasta la casilla sesenta y cuatro, última del tablero.
Al príncipe le pareció una petición excesivamente modesta y ordenó seguidamente que complacieran al brahman, pero cual sería su asombro cuando sus consejeros le informaron que era imposible cumplir la palabra dada, ya que la cantidad resultante era de 18.446.744.073.709.551.615 granos de trigo.
El príncipe tuvo que doblegar su orgullo ante el ingenio del brahman.
Hola amigos:
ResponderEliminarVeo muchas similitudes a nuestra actividad ¿o no?
Y con Arbitrex? como lo ven? muy ingenioso Jesus.
Que opinan mis compañeros?
Un saludo a todos
Julio Loupias Lara
La ilustración es de un chaturanga (creo que es ese el nombre), el primer tipo de ajedrez que se jugaba con cuatro jugadores que comenzaban la partida con sus fichas en cada una de las esquinas del tablero.
ResponderEliminarVi más de uno en un viaje a la India (en exposiciones) pero nunca entendí cómo se jugaba.