Artemi Rallo, Director de la Agencia Española de Protección de Datos, visita Tenerife invitado por la Cámara de Comercio de Santa Cruz y al parecer un terremoto sacude las islas. Mi correo está lleno de avisos, alertas, enlaces y titulares como estos:
El Día: La Agencia de Protección de Datos hará visitas de oficio a empresas del Archipiélago
Canarias 24horas.com: Cualquier pyme podrá ser sancionada si no cumple la ley de protección de datos
ABC Canarias: La Cámara avisa de las inspecciones a causa de la Ley de protección de datos
Y la pregunta que más me hacen es: ¿debo reenviar este material a todos mis contactos para que vean que ahora el asunto sí va en serio?
Para comenzar a atemperar los ánimos y darse cuento de lo verdaderamente poco que esto interesa de momento a los medios fijémonos en los siguientes detalles: los tres artículos citados comienzan con la misma frase y son básicamente el mismo con diferentes recortes, ninguno cita al autor y tampoco señala que sean de ninguna agencia, es decir, que lo más probable es que la única fuente, luego reelaborada en cada redacción, sea la propia Cámara, e incluso personalmente la misma mano que además de presidir una comisión tiene un negocio del mismo tema, pero ese es otro asunto en el que no quiero que entremos para nada.
En las Islas Canarias rondarán los 150.000 las entidades que han de cumplir la LOPD, de las cuales mi experiencia me dice que apenas serán dos o tres mil las que más o menos cumplen. La Agencia tiene los inspectores que tiene y no va hacer un desembarco tipo Normandía en el puerto de Santa Cruz, así que ante la amenaza de la inspección, pero las pocas posibilidades de que le toque a uno, resulta que argumentos del tipo “me arriesgo” casi parecen tener sentido, cuando un buen CSI sabe perfectamente que son fruto del desconocimiento de lo que la protección de datos significa.
En las películas del Oeste hemos visto más de una vez esa escena en la que la caravana de pioneros formada en círculo está a punto de ser atacada por los indios. Siempre hay quien enseguida quiere vaciar el cargador disparando a bulto, pero el capitán inteligente ordena calma y apuntar muy bien y sólo da la orden de disparar cuando está seguro que cada bala acertará un objetivo, sin desperdiciar munición.
Si hasta ahora nos hemos esforzado en trabajar con los valores positivos de ver desde el punto de vista del marketing el cumplimiento de la LOPD, si estamos trabajando para que poco a poco nuestros clientes actuales y potenciales entiendan que podemos transmitirles valores y soluciones mucho más completas y enriquecedoras para su negocio que el mero hecho de cumplir trámites legales, no podemos ahora caer en la tentación fácil de volver sobre los argumentos del miedo y las sanciones. Quiero que se me entienda bien: no estoy diciendo que lo ocultemos ni que neguemos los riesgos (también es nuestra responsabilidad advertirlo) sino que tengamos claro cuál es el modelo de relación con el cliente y la imagen que debemos dar como consultores.
Así que prietas las filas, los pies firmes en las trincheras, y cuando yo diga ¡ Fuego ! disparáis.
P.D.: El título es en broma, obviamente. Si eres demasiado joven para entenderlo, busca en Google: Prietas las filas.
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